El IoT como transformador de negocios e industrias

El impacto del Internet de las Cosas (IoT) en la agricultura

En 1999, el reconocido tecnólogo británico Kevin Ashton acuñó un término que hoy en día está en el diccionario de cualquier directivo adaptado a los nuevos tiempos: Internet of Things (IoT). Con esta idea, Ashton imaginaba un sistema en el que los objetos físicos estuvieran interconectados a través de sensores que les dieran acceso al mundo intangible de la web, operando así con la mínima intervención humana. Lo que a finales de los noventa era pura teoría ha devenido en realidad, pues hoy en día nos encontramos con todo tipo de dispositivos cotidianos que, ya sea de forma inalámbrica o a través de cables, son capaces de transmitir y recibir datos de Internet. Consecuentemente, el funcionamiento de las distintas industrias del mercado ha pasado por una transformación notable.

Una prueba sólida del alcance y el poder del IoT es su efecto en el sector más tradicional: la agricultura. John Deere, uno de las fabricantes de maquinaria agrícola más potentes a nivel internacional, ha incorporado sensores en sus productos que son capaces de recopilar datos sobre la calidad del suelo, las condiciones climáticas y el rendimiento de los cultivos. Gracias a este flujo de información que se logra gracias a Internet, los agricultores disponen de una mayor base de información sobre la cual pueden trabajar. Así, toman decisiones más eficientes sobre la siembra y el uso de fertilizantes, logrando un mayor rendimiento sumado a un menor impacto en el medioambiente.

Transformación del transporte gracias al IoT

El sector del transporte es otro ámbito tradicional que ha logrado sacarle un gran partido al IoT, transformando así su manera de operar. Destaca el caso de éxito la compañía aérea Virgin Atlantic con sus Boeing 787, que desde hace cerca de una década cuentan con casi un 100% de piezas con capacidad de conexión a la red. Por cada trayecto, se estima que las aeronaves generan medio terabyte de información que, entre otras funciones, sirve para mejorar la seguridad en los vuelos. En la misma línea, los automóviles y demás vehículos de carretera, incorporan sistemas de conectividad que les permiten recopilar datos de rendimiento en tiempo real. Las gamas más innovadoras, como las de Tesla, también se valen del IoT para configurar los sensores y cámaras que hacen posible la conducción autónoma.

IoT en la salud y el bienestar humano

Por otro lado, seguramente no haya otro sector en el que la interconectividad de objetos y dispositivos haya supuesto una mejora tan directa para el bienestar humano que en el de la salud. Los hospitales públicos y privados se benefician ahora de el flujo constante de información que va y viene desde las distintas máquinas empleadas. La monitorización y control a distancia del paciente es más fácil que nunca, ya que se puede acceder automáticamente a datos como su su localización, presión arterial y temperatura corporal, frecuencia cardíaca, oxígeno y otros parámetros vitales. Esto da pie a una notable mejora en la capacidad de anticipación ante cualquier deterioro, así como a un reducción de costes en materia de personal y servicios de mantenimiento.

El mundo del entretenimiento, como cabía esperar, tampoco es y ha sido ajeno a las transformaciones acontecidas a causa de la proliferación del IoT. Uno de los ejemplos más llamativos lo encontramos en los parques de atracciones de Disney, una de las marcas más queridas internacionalmente por consumidores infantiles y adultos. La implementación de la tecnología Radio Frequency Identification (RFID) ha permitido a la compañía crear sus pulseras ‘MagicBands’, con las que los visitantes acceden a sus habitaciones, realizan pagos, suben a las atracciones, reciben sorpresas y personalizan su experiencia. Estas bandas también van acumulando datos que Disney luego utiliza para ver qué actividades dentro de sus parques son las favoritas de los consumidores.

En el sector de la construcción y las infraestructuras el IoT ha encontrado un importante espacio de desarrollo. Varias ciudades en todo el mundo están implementando soluciones para convertirse en smart cities o ciudades inteligentes, las cuales cuentan con sensores en semáforos, contenedores de basura y sistemas de iluminación pública. Con estas aplicaciones se ha logrado una eficiente gestión de los recursos. Barcelona es un ejemplo destacado, utilizando sensores para monitorizar la calidad del aire, el tráfico y la gestión de residuos, mejorando así la calidad de vida de sus habitantes. Fuera de Europa, los países asiáticos, como Malasia, han maximizado el concepto del IoT hasta convertir sus territorios en referentes de la inversión en las smart cities.

Estos son solo algunos de los ejemplos que ilustran cómo esta manera de incorporar tecnología de interconectividad a varios elementos ha permeado diversos sectores, desde la salud y la agricultura hasta el entretenimiento y el transporte. La capacidad de recopilar, analizar y utilizar datos en tiempo real ha redefinido y, en la mayoría de los casos, facilitado la manera en que las empresas llevan a cabo sus operaciones